domingo, 21 de febrero de 2016

El otro de mi pequeño infierno existencialista





Mi nombre, está demás. Mis apellidos, distan mucho de los apellidos típicos japoneses. Tengo notorios ojos “chales” o “asiatizados” y mi piel es medio amarillosa. Me encanta la filosofía aunque últimamente he descubierto mi vocación hacia ciertos aspectos del lenguaje y la comunicación. No soy nada del otro mundo y tengo, como todos, defectos e incontables derrapes emocionales por el pueril control de mis impulsos.

            Sin embargo, de mi aspecto, sólo puedo decir lo más importante de lo menos importante: soy tataranieto de una pareja incestuosa de primos españoles, bisnieto de un japonés, y nieto e hijo de mexicanos del occidente-bajío del país. Soy lo que dicen, un “mestizo”, aunque no abrace la ideología de bronce con la que puedo ver como controlan a las millones de personas que habitan este territorio tan diverso, difícil y complejo. No abrazo ninguna cultura originaria, ni me interesa hacer un conclave de descendientes asiáticos para negociar privilegios como “minoría”. Como yo, los descendientes de asiáticos no nos conocemos (y por lo menos, a mi no me interesa conocerlos), y quizá, como yo, ya no poseen apellidos japoneses. Tampoco abrazo las iniciativas de otros supuestos descendientes de asiáticos, ni wikisimulacros similares. Pienso.

            Pero he de hacer patente los racismos y clasismos que a lo largo he experimentado, entre la burla amistosa o los comentarios socarrones despertados por la ira o atracción/repulsión ideológica y emocional hacia mis no menos indiferentes actitudes para con lo convencional y para con el mundo en general. Racismos presentes también en la diferencia de trato cuando por alguna razón, las personas que son japófilos –frikis, otakus, whatever that means-, me tratan mejor. He sido detenido en el aeropuerto porque me han confundido con “chinos falsificadores” y, dado mi aspecto, también he soportado todo tipo de retahílas e indirectas sinofóbicas o nacionalistas de aquellas personas que han decidido expresar su opinión en voz alta sin que precisamente exista un interés más allá del de el interlocutor a quien vomita toda la saña, la inseguridad y la preocupación que no pueden expresarme a la cara (quizá, en su mundo de caricaturas, crean que sé algún arte marcial superior a su combate impulsivo y callejero).

            Por demás, he tenido que soportar también los microchovinismos (como el tapatío), el centralismo y los clasismos de una sociedad desigual como la mexicana. Y a todo esto ¿por qué les encanta generalizar y afirmar que somos un país mestizo, incluyente e indígena, cuando sus prácticas no distan de la mentalidad de castas (indiscutiblemente moderna)? El fascismo cultural guadalupano nacionalista no es un mito, conforma, por llamarlo de algún modo, mi pequeño infierno existencialista.
           

martes, 5 de enero de 2016

La estampita de los 43







Esta estampa tiene una historia peculiar, que se retuerce y exhibe bastante del entorno y de quien nos rodea.  La estampita surgió como un esfuerzo por parte de unos colegas de posgrado por crear y mantener memoria y potenciar la coyuntura provocada por los trágicos acontecimientos sucedidos en 2014 en Iguala, Guerrero. Acontecimientos que si bien no han sido olvidados, ya no son prioridad para la mayoría de los mexicanos cuya memoria le da primacía a aspectos más banales que les procuran cierto placer.

Pensamos colocar la estampita en la puerta porque era una forma de hacerle saber a nuestros vecinos que nosotros, dos personas provenientes de lo que en chilangolandia llaman “provincia” –lo llaman así más por una reminiscencia de  la dominación a la que fueron sometidos y la repetición memética de las palabras que usaban aquellos que latiguearon sus espaldas alguna vez, antes que por aquello que significa, literalmente, “sobre los vencidos”- que lo ocurrió aquella noche era el signo descarnado de la corrupción del Estado y un serio indicio de una neodictadura empresarial global que está en pleno proceso, no de descomposición, sino de reajuste. 

La estampita está cargada de todo ese proceso, de los calores, las discusiones y las micropolíticas que Ayotzinapa detonó en un país históricamente atolondrado y “agachón”. También guarda experiencias tristes y amargas de unos padres a quienes les arrancaron  la vida de sus hijos y los mantienen en la más penosa incertidumbre desgastante y cientos de personas en este país con una historia similar, víctimas de una guerra que ha servido como fachada para todo tipo de despojos. También está cargada de otras experiencias tristes, como por ejemplo, mirar de frente ciertas prácticas similares a las que Stalin empleo para asesinar, mediante un tercero, a cierto enemigo político refugiado en cierta casa de Coyoacán. Aunque lo que pesa más, en ella, son las esperanzas concentradas en un movimiento estudiantil, que si bien, en su momento adoleció de coordinación y comunicación–en plena época de “las redes sociales”-, marcó un precedente en la historia de la inconformidad y batalla civil contra un gobierno déspota. El desprestigio y la invisibilización del movimiento que posteriormente hicieron “bots center”, medios de comunicación alineados y similares, es otra historia. No menos importante, pero este no es el espacio para plasmarla, al menos no ahora.

La estampita es un signo de la batalla que emprendimos miles de personas  y de la rabia que despertó en nosotros los miles de asesinatos y desapariciones impunes en este país. Los vecinos se enfrentaron a ella con curiosidad. Quienes subían al departamento para poder subir a la azotea del edificio a arreglar su antena para ver el fútbol o el programa basura de moda, o bien, tomar la lectura del agua o instalar tal o cual servicio telefónico o de televisión de paga, lo miraban con cierta extrañeza y perplejidad. Y los efectos de la estampita en la puerta no se hicieron esperar….

            De pronto, el trato de algunos vecinos hacia nosotros cambió. Ya no había estampitas de San Juditas que, misteriosamente, alguna vecina (de esas que, aunque ya son abuelas, envidian la vida de las que son más jóvenes que ellas y no se han reproducido sexualmente ni casado) dejaba recargada para nosotros en el barandal que está junto a la puerta de acceso al departamento. Sería que quizá  estallaron en furia guadalupana cuando vieron modificado el formato de “este hogar…”, usualmente empleado en el diseño de las estampitas católicas que con la virgen o cristo advierten a los no-católicos que el acto de llamar a la puerta para tratar de convencer a los moradores de dicho hogar a abandonar o cambiar de creencias es un acto inútil dada su recalcitrante fe. 

            Ya no éramos los dos jóvenes de piel clara-amarillosa de aspecto asiático, cabello negro y pronunciado acento –según ellos- “anorteñado”; ahora éramos la encarnación de todo el mal que López-Dóriga con seriedad y objetividad criticaba en su noticiero, los “huevones”, los problemáticos que varaban el tráfico en la ciudad subvencionada con impuestos nacionales, los revoltosos que quemaban ayuntamientos, los “anarquistas” que tronaban petardos y rompían los vidrios de los Starbucks y bancos, graffiteando todo a su paso.  Aquello que sus hijos y nietos con internet llamaban “chairos”, que hablaban en términos y lenguas exóticas, pero que se conducían con cautela y vestían como hipsters, lejos del atuendo harapiento del sociólogo drogadicto.

            La estampita cumplió con una función similar a la de los amuletos medievales para espantar a las brujas: ya no había niños gritando y corriendo en el pasillo ni vecinas seniles husmeando en las macetas, ya no tocaban a nuestra puerta para pedirnos cooperación para las misas que hacían en el estacionamiento a las cuáles francamente no asistíamos pero que contribuíamos económicamente como cuando contribuyes al vicio de un adicto callejero para que, cuando te vea, no te asalte. Extraño sortilegio, o el aspecto lúgubre del pasillo quizá, se habían ido las molestias. O quizá fuimos nosotros quienes las suplimos apropiándonos de tremendas “energías negativas”.

            Ahora cobraba sentido toda la música “satánica” psicodélica que emerge de nuestro departamento, los rechinidos de la escaladora ahora quizá confundidos con el coito desenfrenado de dos herejes chairos en amasiato, la gata que se comporta como perro y los desvelos. Las discusiones que sostenemos a muerte, sobre x ó y término u operación de la lógica semiótica, el control, la filosofía de la historia, la sociología y la estética, eran interpretadas como las lenguas y adagios de quien, en pleno éxtasis y comunión con satanás, está experimentado y encarnando lo abyecto. Eso explica, con tremenda claridad, la ausencia de adornos navideños, halloweenses, patrióticos, del día del amor, es decir, la decidida y anticipada renuncia a participar en el concurso vecinal de ornatos -no por informal menos encarnizado-, orgía de lucecitas y escarcha.   Los de los 43, los revoltosos, los de la Universidad, los anarquistas, los chairos que detienen el progreso y vandalizan por mero e irracional goce, el “mal”, esos éramos nosotros.

Ahora, a más de un año, la estampita nos revela su condición de espejo, desnudando la mentalidad de quien se enfrenta a tan ordinario pedazo de papel con pegamento. La estampita, con cierta potencia mística, permanece en la puerta.


V.G.A

viernes, 27 de febrero de 2015

De la contemporánea mujer en “emancipación” y otras lenguas (ó la caricatura del ser humano que ha tomado partido por su genital).








Con la habilidad de ver falos por doquier, son incapaces de pensar a los hombres/varones sin el mal “esencial” que la Historia les imputa en materia de relaciones de dominación y género, “mal” que reside en ellos como una semilla que en cualquier momento, de existir el ambiente adecuado, puede germinar y atentar contra la “mujeridad” (ó femenidad emancipada y no emancipada –dormida… latente-). Su lucha persigue la revancha y no precisamente la igualdad, reproduciendo el esquema de las relaciones de género “tradicionales” y “patriarcales” salvo que ahora, lo que inconscientemente buscan es la posición hegemónica que antes ocupaba el hombre. Homogeinización universalizante del género masculino, el varón “se vuelve predecible” y sujeto de métricas psicopatólogicas, víctima eterna del complejo de Edipo cuya figura sagrada es la de la madre (…y sus tías ó hermanas), que en cierto aspecto se torna una figura quimérica de la cual emergen nuevas formas de reproducir el signo opresor del falo. Es decir, en materia de hombres, no existen singularidades.



El mundo es suministrado a través de un lenguaje panfletario, mediante el cuál recalcan su “libertad”, “autodeterminación” y “decisión” a costa de la sujeción de los demás (varones) a sus designios/reclamos ideológicos: un mundo hiperpolíticamente correcto (y sobrepsicoanalizado) no menos intolerante que los esquemas tradicionales que critican. Para ellas, la mujer es “un rebelde” por antonomasia porque ha sido sometida al patriarcado capitalista del varón/cazador (sin aceptar que, históricamente, ella y sus congéneres -liberadas y no liberadas-  también han colaborado en la reproducción y conservación del sistema).









Ella no alcanza a visualizar que a los varones el “ser-hombre” también es impuesto e inculcado, que existen los pocos que se oponen al condicionamiento histórico y la imposición de la imagen de hombre-eyaculador-precoz-alcohólico-pelo-en-pecho, porque les es inconcebible que un humano con falo renuncie a la posición privilegiada edípica sin renunciar a su apetito sexual heterosexual. El mundo sólo es ella, su genital lo demás no importa. 

Espeluznante distorsión y desconocimiento del propio feminismo, estamos ante una insospechada forma de micrototalitarismo pop.  




  




martes, 9 de septiembre de 2014

CHACADEMIA [Diccionario de mexicanismos y sociolinguística del precariado populachero sobreestetizado/intelectualizado]






Hoy en su sección de mexicanismos y sociolinguística del precariado populachero sobreestetizado/intelectualizado: CHACADEMIA (Chaca-demia):


CHACADEMIA: término empleado para dar cuenta del fenómeno de la autoexposición/ autoexhibición obsesiva-compulsiva, en redes sociales, de "la vida académica" cual artículos o mercancías de lujo (viajes, menciones, presentaciones en coloquios, artículos publicados), imitando la estética narco-buchona de la ostentación vulgar y estridente, en el afán de dar cuenta entre sus contactos de "su" aventura personal, "su" dizque "posicionamiento" en el medio, y sobretodo, de la consecución de las metas radicadas en "sus" esquemas de realización personal-"profesional" el cual creen que todos envidian y todos comparten... O todos lo experimentan de la misma manera... O a todos les importa "su" vida... O los aspectos "íntimos" de realización y "trascendencia" sobre la misma vida y el medio.



Próximamente, más términos.

LSFCC

martes, 28 de enero de 2014

Paréntesis sobre los aniversarios de vida y sus demonios.




“Et le temps m’enlouit  minute par minute”

Las celebraciones de cumpleaños generan expectativas sobrealimentadas, la mayoría de las veces, por las esperanzas de ver agravar ó reparar la situación ó condición del existir. Inevitable “sigo aquí”, “así ha sido”, paréntesis mortuorio que cancela toda fantasía infantil de inmortalidad. Inverosímil perturbación de esa reflexión acuciante sobre  el estar en el mundo que recubre de verosimilitud la orgía materialista y autorreferencial que otra vuelta de la tierra al sol  y 365 revoluciones sobre su propio eje ameritan en sus 4’ 54 mil millones de años de existencia, carcajada a bocanadas en paredes de cartón.

Tu nada fotogénica persona aparece de repente en un muro de facebook para que desconocidos, ó conocidos que durante 364 días son indiferentes a tu existencia, sientan y asuman el compromiso social de felicitarte (felicitarnos… por prácticamente… nada), incluida la parentela que supone que por compartir algunos rasgos genéticos la relación social se va a dar mágica y espontáneamente por el simple hecho de ser primos, sobrinos, tíos… largos etcéteras. Tampoco falta la persona que involucra a “Dios”, esa cosa en la que no crees, en sus felicitaciones.

Hay obsequios de todo tipo, desde el ó la que se entrega sexualmente en el generoso acto del don (…aunque no estés de humor de nada, así es,  algunos varones, cultos ó ignorantes, a veces presentan una indiferencia al acto copulatorio), videojuegos malos, ropa culera que todo mundo usa y a ti se te ve, especialmente, mal… Libros puteados, con editoriales ó juicios de valor puteados, libros culeros de poesía pitera, pásteles repletos de cremas y menjurjes tremendamente estridentes, sin olvidar la categoría de los regalos de manufactura casera que vienen desde el corazón como una patada a tus pelotas y tu fácilmente irritable persona… obsequios malos a pesar de haber lanzado indirectas sobre los libros, películas y videojuegos que más deseas, durante dos meses.

Por supuesto, no todo es malo y merece la pena recordar, al lado de las existencias agradables ó que te hacen agradable la existencia, anécdotas culturales-filosóficas sobre tu accidental estancia en la tierra, en ese día en el que uno se vuelve, ante las instancias burocráticas, más viejo. Es también grato cuando se acuerda de ti alguien a quien no le notifica sobre el día de tu cumpleaños Facebook, Twitter, Hotmail, y demás basura tiránica y corporativista que administra, tipifica y marca la pauta para la “interactividad y vida social” en Internet y el no-internet. Muchas veces las personas que filtran información sobre tu estúpido cumpleaños provocando una ola de felicitaciones basura en tus estúpidas cuentas de Internet, y los bochornosos abrazos gratuitos y saludos de beso masivos, no lo hacen intencionalmente en un afán pateahuevos. Digamos, es un acontecimiento que, a un sociólogo, más bien filósofo, muestra lo peor de la humanidad… ó al menos, de algunos humanos que lo rodean ó rodean a sus humanos queridos más cercanos.

Día en el que de la nada somos visibles y brillamos, no por la característica persona que pretendemos ser, sino por una pinche notificación de internet, una buena intención de los otros, un compromiso moral innecesario, ó las tremendas e incomodas ganas de no estar más en este planeta, ó por ser el pretexto para la fiesta y, a veces, la cacería sexual que eso significa para los perdedores y perdedoras que te rodean: admiradoras secretas, admiradores secretos… admiradoras/admiradores no tan secretos, admiradoras/admiradores imaginarios, hermanos, amigos, amigos postizos, amigos de facebook, enemigos, envidiosos, parejas, parejas fallidas, pretendientes eternas, amantes, ex amantes, compañeros de trabajo, excompañeros de los que ya no te acuerdas, carnales, el que te consigue lo inconseguíble en el mixup, tu dealer de películas, las que alguna vez conquistaste con tus letras, tus padres, tus tíos, tus primos que no conoces del todo (más allá del nombre), que no ves, que viven en al “otro lado” de la frontera, colados, etc…. una conspiración, probablemente reptileana, para recordarte la incertidumbre del futuro y que estás, 365 días más cerca de la muerte, de degradación orgánica, de descomposición estética y total obnubilación moral.


Feliz Cumpleaños a todos. 

sábado, 31 de agosto de 2013

Una vida cualquiera.


Naces –creces - terminas la universidad- no hay trabajo para ti porque estás “sobreespecializado”- tienes tu primer embarazo no deseado- se arma la bronca porque quieres ir al DF a abortar- tu familia y tu fé católica de closet terminan por convencerte de que "ya ni modo"- nace tu hijo no deseado- “chambeas” en lo que caiga (vendes tortas ahogadas)- los narcos te cobran piso- vas al cine a ver Star Wars 9, Duro de Matar INSEN, y dos ó tres reboots más de Spiderman- El atlas sigue sin ser campeón- privatizan, oficialmente, la UdeG- uno de esos días te paras en frente de tu estante friki y te das cuenta que has tirado tu vida viendo/haciendo/comprando cosas que a nadie le importan- tu hijo no deseado empieza a vender poco a poco tu biblioteca por Mercado Libre para pagarse estúpidas pelucas para su cosplay del pendejo de Naruto- tu mejor amigo fallece- Das clase en una prepa, las muchachillas quedan cautivadas con tu pensamiento- tienes un affaire con una alumna, y otro hijo no deseado- hubieras querido que tu amigo no se hubiera muerto para contarle- hacen heterosexual otra vez a Linterna Verde-  descubres que tus exparejas con analfabetismo funcional ahora son más exitosas que tu y recurres a tu encanto intelectual para tratar de explotarlas sin éxito- te sientas a jugar un viejo videojuego, tienes un ataque de melancolía y mueres.



Carta a mis Acosadores.





Insignia del Barrio no Italiano ni Chino de Oblatos, en Guadalajara.



Estimados acosadores, hoy les ahorraré el trabajo: ya no tendrán que espiar, guardar textos, parafrasear o imitar estilos, ni tendrán que bloquear sus comentarios para que las personas a quienes les roban los comentarios se percaten cuando se los roban para sus nuevos amigos que no conocen su bochornoso pasado, sus bochornosos orígenes o sus puntadas de la pubertad, por no decir lo más denigrante de su humanidad, pues, lo entiendo a la perfección, pudieran quedar humillados si esas personas a quienes les toman prestados los comentarios exhibieran los porqués de sus repentinos cambios de personalidad zen. Por demás ya existen aplicaciones o programas de software para darse cuenta de esos detalles “ocultos”, y hasta del IP y el lugar desde donde son publicados. Entre otras cosas, hay quien logra detectar su estilo en la algarabía y los contornos del sombrero que el otro alza por sobre su cabeza para saludar a sus amigos, compañeros, etc.

Tampoco tendrán que teclear en el buscador del google -o en ese otro facebook coyoacano donde confluye la burocracia académica con el alumnado y demás genios e intelectuales por descubrir- el nombre de un servidor para comparar su trayectoria, carrera y currículum, ubicación o no-ubicación, y regodearse en la eternizada especulación de que han vivido y la han pasado mejor que los demás, que, de algún modo, han hecho lo que tenían que hacer (¿?), aunque estas aseveraciones resulten propiedad de lo difuso por la nula comparación que puede existir entre una singularidad u otra, aunque ya existan singularidades que pareciera que las manufacturan en masa.

Por eso mismo, y porque hoy no queda nada fuera de las manos del dominio público, publicaré una reseña biográfica y profesional, para que el asunto quede oficialmente expuesto en la informalidad de las redes sociales, y así, ahorrarles el bochonorso trabajo del parafraseo mal hecho que, a sus ventitantos años, ebrios de un ideal de juventud (que también es una invención social y cultural) hacen porque lo consideran cosa fácil. Por demás, ¿porqué no volver del conocimiento público su inagotable mina de contenidos valiosos?  Así pues, abro paso a mi exposición, en todos los sentidos.


*   *   *


                                                
Fernando León Cotillard Molina nace un 31 de Enero de 1987 en Mejicanos, Departamento de San Salvador, Salvador. Hijo de un psicólogo y una contadora, emigra a la ciudad mexicana de Guadalajara con casi un año de existencia donde, más tarde, a los 4 años coloreará con gises, en la pared de su cocina, lo que él pensaba era la adaptación de uno de los personajes de Akira Toriyama al surrealismo. 

En el kinder aprende a manipular plastilina y sustitutos de piezas “Lego”, con los cuáles ejecuta su representación de lo que él creía era el infierno, también aprende a verle los calzones a las niñas y descubre, en uno de los paseos que realizaba con sus compañeros de kinder al jardín contiguo, con total estupefacción, que las susodichas, orinaban en cuclillas. 

Estudia la primaría en la primaria contigua al kinder, donde conoce a uno de sus muchos hermanos putativos, y más tarde, a una rubia muchachilla escuálida de los “depas” de la Cuauhtémoc con la que decide adelantársele al descubrimiento vital del porno, y experimenta, también, su primer enamoramiento e intercambio de fluidos de todos tipos, en aras de mejorar la relación bilateral Jalisco-Sinaloa. En ese mismo lapso, descubre con asombro y fascinación unas cosas que se llaman libros. Más tarde, estudia la secundaría en la “61” de Oblatos, donde conoce a otro hermano putativo y a unos amigos, donde descubre con asombro el marxismo, y que los murales de ciento setentamil pesos pueden arruinarse con huevo y pinturas “vinci” bien mezclados y vaciadas en globos de a peso, y que los matorrales secos de los cerros, son capaces de arder con furia con unos cuantos cerillitos arrojados al azar. En la secundaría gana el concurso estatal de ensayo, lo que lo marcaría profundamente porque las ceremonias de premiación se realizarían en las mismas fechas y horarios en las que se trasmitía su programación televisiva favorita. Más tarde, cursaría la preparatoria en el Instituto Internacional de Guadalajara, donde haciendo uso de su belleza corporal, redefiniría el concepto dandismo, ganando adeptos a su escuela de pensamiento, y adeptas al libre ejercer de su sexualidad genital, también descubriría lo difícil de salir con varias mujeres a la vez, un par de ellas, por lástima, lo que potencializaría en su persona el alto precepto altruista de humanitarismo.


 
  Publicidad del 2012 que Fernando ayudaría a crear para la Universidad insurgentes.

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 Durante la preparatoria gana el Concurso Estatal de Ensayos sobre Sorjuana Inés de la Cruz, y el mote de “invencible” en “Internacional Super Star Soccer 98 (N64)”, donde sólo su hermano putativo de la primaria era capaz de meterlo en apuros con la selección de “Brazil”. También gana, a base de esfuerzo y constancia, el mote de iderrocable en el“Internacional Super Star Soccer Pro 98” (PS1) con la escuadra de Nigeria, y en el “Super Street Fighter” y “Super Street Fighter Alpha 2”, entre otros. Decide ingresar a la Universidad de Guadalajara, donde es rechazado de las carreras de filosofía, letras y geografía, y decide contundentemente ingresar a la Universidad de Especialidades a estudiar Agronomía y Fruticultura, de donde más tarde se graduaría con excelencia académica una vez sus jueces consideraron como sin igual su trabajo sobre "La Agronomía Cinematográfica y ValentínTrujillo". Cuando la universidad privada decide registrar y dar de alta el título de su estudiante en la Universidad de Guadalajara, la UdeG se equivoca y le otorga, por accidente, el título de Licenciado en Sociología. Más tarde decide, como algunos de sus compañeros, estudiar un posgrado, pero es rechazado en repetidas ocasiones hasta que decide estudiar un Diplomadoen Cultura en la Universidad América Latina, de donde más tarde, emigraría a estudiar otros tres diplomados en cultura, uno  en el Centro Universitario UTEG, otro más en la Universidad Guadalajara LAMAR y un último en el Instituto Internacional Harvard de Michoacán, donde escribe una tesis sobre "La relación cultural entre el olor de pescado con los genitales humanos". Con impresionante currículum decide estudiar su doctorado en Comunicación Gráfica en la Universidad de Londres, de la Ciudad de México, donde también se desenvuelve como docente en la Universidad Insurgentes, donde colaborara para idear la mejor publicidad en toda la historia de la institución. Con 28 años, influido por sus lecturas de adolescencia, y por convicción, decide iniciar y asesorar a un grupo de estudiantes de sociología de la UdeG en taoísmo agroambientalista cultural, y publica más tarde, en la Universidad del Bajío, un par de libros titulados “Si ¿Y donde está el policía? se volviera realidad”, “La pirujería asimétrica de los Altos, Jalisco”. Actualmente prepara “La torta ahogada que (no) te has de comer”.


El Mtro. Fernando Cotillard radica en Españita Tlaxcala y vive en unión libre sexual porque no cree en las instituciones formales públicas, donde en 2012, su compañera sexual libre, da a luz a los cuates Boris Kalasjnikov y Malinka Lumumba, quien fallecería, decepcionada de la animalidad humana, un año más tarde, en 2013, nace a Katyusha Popova, la más joven de los Cotillard. Actualmente el Mtro. Fernando, no es candidato al Sistema de Investigadores, y tampoco recibe ningún otro recurso federal.  


Dr. Lev Sai Fong C. C., Ex VGL-SA